Vagué sola, rota, llorando por aquellas calles para mi vacias, no veía a nadie, no quería verles. Marc se había ido y yo qué hacía allí, no sabría contestar esa pregunta, sin él no era nada... porque fue amor a primera vista, y ahora ya ni le veía.
Comencé a desnudarme, quedaba poco para llegar a la playa, quería sentirme libre. La camiseta, los zapatos, los pantalones. Todo. Corri como pude con lágrimas en los ojos.
Al llegar a la arena, caí en ella, clavando mis rodillas en esos granos que me raspaban la piel, no me dolía, no lo sentía.
-Perdona, ¿estás bien?
-No, no lo estoy, vete. Dejame.
-No, no, necesitas ayuda.
-Necesito que él vuelva, que no se marche, le necesito a él -grité, pero tuve la sensación de que nadie me oiría.
-¿Quien se ha ido?
-Marc. No volverá nunca -sin saber cómo, esa sombra borrosa tendida a mi lado en la playa me abrazó, me suplicó que dejara de llorar y me calmó.
-Shhh, tranquila, pasará. Las heridas con el tiempo se cierran.
-No.. No... -seguía llorando y él seguía abrazado a mi.
-Soy Justin, ¿tú? -creo que lo dijo para cambiar de tema.
-Ann..
Perdí a mi amor, y gané un amigo.
5 comentarios:
Quiero un Justin personalizado para mi.
Y no hay nada mejor que un amigo eh?
Te quiero enana.
En muchas ocasiones no eres nada sin un buen amigo...
Las heridas siempre se curan. Siempre. Muás!
Que oportuno Justin, me gusta.
Te sigo en adelante, tengo curiosidad :)
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