30 de septiembre de 2009

Mederitt y los susurros.


-Quierele, quierele, quierele -susurros y más susurros que no cesaban en su mente. Asquerosas voces que decian que le quisiera, pero y qué si no le quería, ¿que más daba?
-Tienes que quererle -aquel susurro recorrió su espalda.
¿Por qué debía amar a alguien que realmente no quería, solo por lo que dijera la gente?
Cogió las llaves de casa y salió corriendo. Llovía a cantaros pero no la importó. Hizo una pausa en un parque, estaba deshabitado. Se echó a llorar.Juró que nunca, jamás haría caso de lo que dijeran esos malditos susurros con los que convivía día a día. Que era su vida, no la de ellos.

La gente nunca para de hablar, no vivas de ello.

2 comentarios:

Unknown dijo...

No puedes amar a alguien que no quieres... el corazón nunca miente

Vanille Galaxy dijo...

La gente dice muchas cosas, pero nada de peso. Muás!