
-¿Has visto? -me miró con aquella sonrisa de niña, aquel momento nunca lo olvidaré- Pide un deseo.
-¿Estar contigo siempre? ¿Qué me quieras? ¿Ser la dueña de tus sueños?
-Esos deseos ya están cumplidos -la besé la frente.
-Entonces deseo que este amor no se marchite como una flor, que no se ahogue como una piedra en el mar, o que no se vuele como el viento -la sonreí, y la besé.
-Te quiero.
-Y yo a ti.
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