14 de septiembre de 2009

El joven vendedor de deseos.

-¿Que vendes? -se aproximó a él,a su puesto en aquel pequeño mercado, estaba vacío, no había nada- ¿Se te ha acabado?
-No. Es que yo vendo deseos.
-¿Deseos? ¿Y se cumplen?
-Algunos, solo los de quien desea de verdad ¿Quieres uno?
-¿Yo? No, no. No sabría en que usarlo.
-Cuando lo sepas, acude a mi.
La niña se fue a su casa, cada mañana a la hora del mercado ella iba y miraba el puesto de aquel joven. No le compraba ningún deseo. La niña creció y el joven vendedor aprendió a verla como a una mujer, se conocieron y enamoraron. Ella no quería el deseo, porque ya le tenía a él. Una mañana después de cuatro años él y su pequeño puesto no aparecieron.
Asustada ella cogió una nota: ''Ya no estoy junto a ti, pero antes de irme a este bonito lugar, me compré un deseo, se feliz y nunca lo olvides, te quiero y siempre te querré.''

No hay comentarios: