-¿Por qué huyes? –La pregunta me ha pillado por sorpresa.
-¿Qué? –Articulo sin saber que más decir, he gritado demasiado, ahora todo el vagón me mira.
-¿Por qué huyes de mi?
-No huyo de ti. ¿Por qué crees eso?
-Es lo que haces. Cuando te miro me apartas la mirada, cuando te sonrío me miras a escondidas, cuando… -se ha callado ¿por qué?
-¿Cuándo?
-Cuando te intento besar te apartas.
-¿Besar? -¿a mi? Está loco.
-Sí –Parece avergonzado, le miro y le sonrío- ¿De qué te ríes?
-De ti.
-¿Encima?
-No. No es de ti, me río de la situación, de que te quiero besar y no puedo…
-¿No puedes? –Agh ya me está interrumpiendo, ¿por qué no espera?
-No puedo creerlo, creer que tu quieras besarme a mi.
-¿Qué tiene de raro? –Sin duda loco, no, no, ciego.
-Que soy yo.
-Sí y yo soy yo. ¿Y que?
-Que a mi no me quieren besar.
-Yo soy único en mi especie.
-Sin duda. La siguiente es mi parada.
-Quiero darte algo –vuelve al tema de darme un beso- no es el beso –Ah, va mejorando la cosa.
-¿El qué? –Se acerca, pero Ana ¿a que esperas? Lánzate. Me besa, yo sigo aquel beso que tantas noches soñé, aquel beso que no quiero que acabe jamás, pero desgraciadamente debe acabar. Se separa, me mira. Sonríe. Se abren las puertas del metro, es mi estación- me tengo que… -No me ha dejado acabar. Se ha bajado conmigo.
-Ten –tiene una cajita pequeña, ¿lo abro?
-¿Qué? ¿Qué es esto?
-Es un regalo, algo anticipado.
-Una semana solo.
-Ábrelo.
Cojo la caja y la miro por encima, no hay nada que me dé pistas de lo que es. Con cuidado destapo la cajita, no me lo creo.
-Es un kit, tienes de todo. Lapicero, borrado, pluma, bolígrafo y cuaderno. Ábrelo en tu casa, y léelo, yo me tengo que ir –Acaba de llegar otro tren, se despide con un suave beso y una se sus preciosas sonrisas.
Soy buena y hasta llegar a casa no miro el cuaderno, no quiero ser desobediente.
Hay una rima, una preciosa rima. Suya y mía, nuestra. De nadie más.
Le quiero.
1 comentario:
Mirarle y que el aire te falte :).
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