5 de mayo de 2010

[II]

Saca su Sig Sauer P220, le mira de arriba abajo. Rubia, guapa, lista, policía, como él. Y están juntos, simplemente patrullando. Han oído un ruido en la fabrica que están vigilando. Quizá no sea nada, quizá sea a quien buscan. Ella saca también la reglamentaria, suspira. Después de forzar la puerta, de entrar y de inspeccionar todo: él por abajo y ella por arriba. Baja hasta donde está el chico moreno y guapo. Ve una sombra, él se asusta al notar los pasos. Entre columna y columna lo ve claro. Dispara. Sin saber a qué o a quién, quizá presa del pánico ve mal y piensa que es quien busca.
Al acercarse, ahoga un grito. Pavor, miedo, un escalofrío le recorre, llora. La ha matado.

Se remueve llorando, no para de pensarlo. Ha sido una pesadilla. Una pesadilla aterradora. ¿Por qué mata a la mujer que quiere? Con esos rizos rubios y esa sonrisa preciosa. Lo que más le aterra es la cara que ella pone cuando está en el suelo, ella sonríe. ¿Por qué? Confusión. No sabe que hacer, se levanta, prepara un café y se sienta en el sofá a ver la tele.

¿Sonríe porque sabe que él lo deseó hasta enamorarse de ella?

2 comentarios:

La ladrona de besos dijo...

No, es imposible matar a quien se ama. No puede ser.

Ani Hall. dijo...

Es un sueño, de momento.