14 de marzo de 2010

Así es.

Y entonces es cuando te das cuenta de que el cuerpo y la mente van por separado, que uno está cerca y otro está lejos, mucho. Que aun sabiendo que nada saldrá bien tú, por cabezota, lo intentas. Que aun sabiendo que no te quiere tú, por idiota, te haces ilusiones infundadas ¿por quién? Por nadie que te dice algo sin sentido. La mente va muy por delante del cuerpo, la mente sabe que lo que haces está mal un día o dos antes de que tu cuerpo reproduzca ese movimiento. Y aunque no queramos estamos llenos de errores, de dolores, de sentimientos, ¡DE MIEDO! Miedo a decir la verdad, a decir un simple: 'TE QUIERO', porque si, si TE QUIERO, a ti, al monigote que está plantado leyendo esto (supongo que entraras dentro de esa gente). La verdad es que el miedo.. el miedo te da aquello que en pocas ocasiones se tiene.. prudencia, y en algunos casos adrenalina, pura y dura. Cuando te late el corazón a mil, cuando piensas que se saldrá del pecho o que tus latidos los escuchará todo el mundo, por muy lejos que esté. Oh.. que miedo da el amor.. qué miedo da bajar la barrera que llega a tu corazón... qué doloroso es volver a subirla, ¡Y QUE CARO! Y es que cuando bajas esa barrera saber que al subirla te tocará pagar para que te cubran el agujerito que te han hecho de cemento, y entoncer será más duro y costará más y más bajar esa barrera. Y me pregunto porque escribo eso, ¿será miedo? ¿Será que sé que nadie entenderá nunca lo que siento? O simplemente, ¿será porque si? Confusión. También es jodido.
Reflexión de un día bastante largo.

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