Un infierno jodidamente congelado.

Martina camina nerviosa, con las lágrimas brotando de sus ojos. ¿Por qué? ¿Por qué a ella?
Para una vez que se podía sentir importante... ¡Mierda! Para qué se hacía ilusiones, vaya mierda.
Soni corre detrás de ella, quiere esperar a que pare para abordarla y poder abrazarla. Ha visto todo lo que esos capullos la han hecho.
-¡Mar, Mar! -grita desesperado, ya que ve que al final no parará hasta su casa.
-Déjame.
-Martina, soy Soni, espera.
Ella se para y se da la vuelta.
-¿Qué quieres? -la abraza en silencio- ¿por qué haces todo esto?  -susurra.
-Porque esos comepollas no saben lo se pierden si te hacen todo eso.
-No me conoces.
-Más de lo que crees.

SoniLeíaTodoLoqueMartinaEscribia.