12 de diciembre de 2009

-Me fascina mirarla - se pega la bolita-aunque es enorme- de cristal a la cara, la da cuerda y tararea la musiquita, parece que el oso la sonríe al tiempo que juega con sus cubos.
-¿Dónde la encontraste? -él también la mira, dejandose hechizar por su belleza y su encanto.
-Me encontró ella a mí. La compré en una pequeña tienda de antigüedades de Londres. Me enamoré de ella.
-Sin duda, es preciosa.
-Ninguna de mis bolitas me había encantado tanto.
-¿Por qué?
-Quizá porque esta la encontré, y después te encontré a ti.

Hush a bye baby.